Ensoñar

  • Ensoñar
Autor
Beatriz Caballero Rodríguez
Afiliación
Universidad de Strathclyde
Introducción

María Zambrano comparte con el psicoanálisis su desconfianza en el absolutismo de la razón y coincide en otorgarle a los sueños el carácter de revelación y, por tanto, en considerarlos como una vía apropiada para el conocimiento. Sin embargo, diside con él en el papel que le otorga al inconsciente como fuerza motriz del yo y, en definitiva, en la reducción del alma a la psique y la consiguiente pérdida de transcendencia que esto implica. Así lo expone en “El Freudismo, testimonio del hombre actual” (1940).

Aunque desde un acercamiento completamente diferente al psicoanalítico, los sueños ocupan un papel privilegiado dentro de la antropología zambraniana. Tanto es así que en Los sueños y el tiempo, publicado póstumamente en 1992, la autora refuta la interpretación habitual de la persona como ser cuya vida se desenvuelve en la vigilia y queda interrumpida por el sueño. En contraste, invierte esta relación y defiende una visión del ser humano como ser que duerme, que sueña, y es el sueño el que es interrumpido por intervalos de vigilia.

Para Zambrano, los sueños están en la raíz misma de la creatividad y de la libertad, por tanto, de lo que nos convierte en humanos, la raíz de nuestra propia humanidad.

En este contexto ensoñar constituye un estado liminal entre el sueño y la vigilia, el momento en el que proyectamos nuestro yo más allá de las limitaciones de la realidad para concebir otras formas de ser más allá de las limitaciones de lo posible.