El ejercicio de la razón poética conlleva no solo el uso de recursos poéticos como la alegoría, el símbolo, y la metáfora, sino también un rechazo o huida de la claridad y linealidad filosóficas en pro de expresiones oblicuas y desarrollos espirales cuyo objetivo es posibilitar una racionalidad rica y compleja que consiga comunicar lo inefable. En contrapartida, es este tipo de lenguaje precisamente el que le ha valido el apelativo de hermética. Por eso, a los interesados en adentrarse en el pensamiento zambraniano puede resultarles útil acudir, a modo de iniciación, a una breve introducción al libro que pretenden abordar o un pequeño glosario como este.

Por otra parte, la iniciación también nos remite a un ritual o requisito que debemos superar antes de conseguir acceso a una información o conocimiento está reservada tan sólo para aquellos que superen las pruebas iniciáticas. La propia Zambrano subrayaba la importancia de la iniciación para poder llegar a introducirse en el misterio que rodea a la sabiduría que busca. En su caso, es el exilio el que sirve a modo de rito iniciático.